domingo, 22 de agosto de 2010

De un Búho para La Colombina

Gracias dicen los ántropos
nos arrodillamos y saludamos
sonrisas en nuestros labios
mostrando poesía en los puños

Son versos que olvidamos
y palabras que nunca creamos
pero en el día de la fecha
formales como casi nunca
pero la ocasión es muy especial

Repito entonces, agradecemos
nos inclinamos ante nuestros ovinos guías
por darnos una oportunidad
por mostrarnos dónde pastar
por seguirnos más allá

Si hablamos de igual es muy poco
si hablamos de opuestos es demasiado
será que somos hermanos
[(¡y qué hermanos raros!)]

Sábado de mayo (22:18)




Por la noche la poesía
es atroz
(y aún no son las doce)
como ya devoré todos los fósforos
tendré que cenar calabazas.

Ahora sí espero algo que me sacuda
el cuerpo, las manos
después de ver a la distancia
esta mesa revuelta de libros,
sólo me queda aire para amar.

Los pies atados a la cama
y la luna que se pasea
burlándose de mí
de esta cabeza encerrada.

¿Encontraré la llave antes de que desaparezca la carroza?

sábado, 7 de agosto de 2010

Sábado de mayo 19:18


En el otoño el sol se cae
temprano, estirándose
las piernas de la noche
sobre mis hombros.

Las letras de la tarde
están cargadas de segundos
del tiempo-invento
que tuerce mi espalda.

Son las siete y no espero a nadie
casi no ha salido palabra de mi boca
todas cayeron al fondo visceral
del sábado a la tarde.

Estuve comiendo fósforos
de a uno, de a montones,
para pasar el mate lavado 
(me entibia un poco el cuerpo)

La poesía por la tarde es inverosímil
casi un esbozo de cena,
una cucharadita de vino
es una pila de papeles desordenados
junto a mi cuaderno en blanco.

No ha quedado ni uno más
(la caja vacía, desarmada)
Tus palabras llegaron con ruido
pero yo no esperaba a nadie.