jueves, 23 de diciembre de 2010

...año rojo



Año Rojo

                “Así pues, la Fiesta no es solamente un exceso, un desperdicio ritual de los bienes penosamente acumulados durante todo el año; también es una revuelta, una súbita inmersión en lo informe, en la vida pura. A través de la fiesta la sociedad se libera de las normas que se ha impuesto. Se burla de sus dioses, de sus principios y de sus leyes: se niega a sí misma.
                La Fiesta es una Revuelta, en el sentido literal de la palabra. En la confusión que engendra, la sociedad se disuelve, se ahoga, en tanto que organismo regido conforme a ciertas reglas y principios. Pero se ahoga en sí misma, en su caos o libertad original. Todo se comunica; se mezcla el bien con el mal, el día con la noche, lo santo con lo maldito. Todo cohabita, pierde forma, singularidad, y vuelve al amasijo primordial. La Fiesta es una operación cósmica: la experiencia del Desorden, la reunión de los elementos y principios contrarios para provocar el renacimiento de la vida. La muerte ritual suscita el renacer; el vómito, el apetito; la orgía, estéril en sí misma, la fecundidad de las madres o de la tierra.”

(Fragmento de “Todos Santos, Días de Muertos” en El Laberinto de la Soledad, de Octavio Paz)

                Mis años se tiñen de colores. Naranjas, azules, amarillos, rojos. Cuándo comienza uno y acaba el otro, es una escala de tonalidades que no se podría simplificar en una unidad definida de tiempo-espacio. Tampoco en un cambio anímico, ni en una mudanza de casa, ni siquiera en una idea. Sencillamente se suceden, me envuelven de a poco como las fibras de algodón que envuelven a la oruga. De pronto una  mariposa nace en mis sueños y sus alas brillan de un modo único.
                Este “año” ha sido rojo. Aún lo es.
                Y rojo de dónde. Sin caer en un determinismo simbólico alrededor del rojo (al estilo Michel de Certeau), es inevitable asociarlo a la sangre, al corazón. Es también color de transformación (pero a diferencia del naranja, ésta es violenta, transgresiva). Rojo intenso. De sueños en llamas: lenguas de fuego que se enriedan sobre el cemento de los edificios, que devoran las alturas. Rojo de círculos rituales, de danza alrededor del calor interno. Rojo de las venas ardientes, de los pies hinchados y de la boquita de muñeca.
                Intensidad. Amaneceres como pájaros de fuego. Efímeros cuerpos que se desvanecen en el espectro lunar, para florecer reemplazando algún edificio. Grandes estructuras que se derrumban. Las hormigas rojas comiendo todo lo que hallan a su paso: bicicletas, palmeras, bibliotecas, espejos y amantes. Un ejército de insectos devorándose los escombros de la ciudad. Devorándonos y con nosotrxs a nuestros sueños.
                “y en medio de tantos cambios interiores, tu cráneo, lleno de una nueva vida, en vez de pensamientos… dará flores”  (Manuel Acuña)
                Nace allí una rosa roja. Capullo y explosión de vida.
                Sueños en llamas. Visiones que nacen del estómago. Repulsión que vomita broncas, que escupe vísceras humeantes. La sangre que derrite la nieve, el charco que inunda la plaza, corriente brusca que se mueve de la calle al parque. Noche que se cierne sobre los mediodías de las casas en la altura, su cielo es espurio: sus estrellas son rojas. Grito que invade el pabellón de la sordera, ritual profano: danza alrededor de las leyes moribundas, palabra que estalla como un volcán en las grietas ciegas.      
                Círculo Ritual. Antorchas como manos que giran alrededor del cuerpo, que abrazan la tierra. La belleza del arte, de la danza y la música, multiplicada en espirales infinitas. Aprendizaje. De mi fuego interior, del fuego que nace desde otras personas, de nuestro fuego común: la razón final del rito. Ceremonias bajo la luz de la luna, asamblea. Árbol blanco que extiende sus raíces y acerca sus ramas al sol. De ellas nacen flores de todos los colores.
                Roja de pasión. Por la vida, por los seres. Roja de amor resplandeciente, chispa que se enciende adentro mío y se extingue en los brazos de otro. Roja de estrellas atadas a un cordel, de palabras libres y revolucionarias. Roja de frío. Roja de calor. Río rojo que une mis pies con mis manos, corazón con cabeza; río que transcurre entre la mañana y la otra mañana, que desborda de los sueños y de los pensamientos para instalarse como una sombra, como una fuente constante de lujuria y risa desbocada. Como una herida, una rajadura permanente que va dejando mi rastro en el camino.    

.río y desciendo -crezco- de la montaña al mar. Soy risa y río, amando al mar.


El “fin de año” nos ubica en ese espacio de recapitulación y de deseo. Es la Fiesta del fin, el instante que coagula en un mismo encuentro el recuerdo -diario, bitácora de viaje- y el futuro -poética del pasado-. Si cada día es un año nuevo, cada día es una Fiesta. Cada día es posible el renacimiento, la Revuelta. Enardezcamos los corazones, que las rosas están despedazando el cemento.




jueves, 9 de diciembre de 2010

once minutos para no pensar

once minutos para no pensar
mientras se calienta agua para té en la pava
un ratito para mirar y que los objetos enmudezcan
no importa mañana a la mañana
ahora y aquí estoy cansada

pero prefiero no pensarlo

once minutos
para no
no pensar
para mi
y para nada

Silba la pava, ya sabemos qué sigue.
Once del once, once veces serán un no
y otras once un sí rotundo
Estas once últimas habrán sido necesarias
para que ocurran los once no
y no sólo uno.
La última palabra
es ésta.


domingo, 21 de noviembre de 2010

Diálogos/1

- El viento sopla tibio esta noche -

- Siempre sopla así -

- Mentira. Casi siempre es frío –

- Puede ser. ¿Quién sos? -

- Para preguntar quién soy primero tenés que presentarte –

- Tiene sentido. ¿Quién soy? –

- ¿No sabés? –

- Sabía, creo. Esperaba, en realidad, que vos sepas –

- Es complicado –

- Como todo –

- Como nada –

- ¿Qué haces acá –

- Nada importante. Paseaba –

- Qué lindo. A mí me gusta caminar, pero no puedo –

- No te sientas mal. Hay cada vez más que no pueden. ¿Te gusta correr? –

- Eso es más fácil que caminar, y bastante útil además. Todos los días corro –

- No es nada raro. A mí nunca me gustó correr, ni andar en auto, menos en avión –

- Es caro moverse en esos transportes –

- Es lo de menos –

- Ojalá –

- No es un deseo –

- Todo es un deseo, o mejor todo es un sueño –

- Nada es un sueño –

- Todo desaparece –

- Así parece. Habría que desaparecer para saber –

- Sos una persona interesante –

- Es irrelevante. Seguro que sos como yo, como todos, como nadie –

- ¿Cómo? –

- Sos una persona totalmente única, exactamente igual que el resto y precisamente similar a mí.¿Entendés? –

- Un poco. No sé si me gusta pensar así, si es que lo entendí bien –

- A nadie le gusta pensar que es idéntico a otros debido a que es diferente –

- Son dos cosas opuestas –

- Y es por eso que es así –

- Me dejaste algo en qué pensar. Buenas noches –

- Buenas noches –

sábado, 13 de noviembre de 2010

reirse


REIRSE llenar de luz hacia afuera
RELÁMPAGO estallando en la mirada cómplice
RELAMPAGUEAR la habitación compartida
REMEDAR las heridas
REMIRAR las grietas
REMOJAR las penas
REMEDÓN sonrisa relampagueante sobre el abismo que se cierra
REMORDIMIENTO porque quisiera llevarte conmigo
REMOVER principios de una cultura que se derrite
RENACER dentro de la magia
RENOVAR las penas, las alegrías y las ideas
REVIVIR desde las manos, hacia los pies
REVOLVERSE (todo se cuestiona)
REVUELTO ¿por qué?
RIACHUELO soy un hilo de agua, de la montaña al mar
ROTACIÓN cambio, crecida, desborde


jueves, 14 de octubre de 2010

ántropo/parte2

– Disculpe, señor, pero no se puede dormir aquí– el aludido levantó la cabeza, aturdido, sintiéndose muy mareado. El policía lo miraba con tranquilidad, como un padre que sabe lo que hizo su hijo y aún así no le molesta. Después de todo, no era tan grave, solo un ebrio durmiendo en el banco de una plaza. El hombre se levantó y miró a su alrededor, algo confundido. La noche anterior todavía atacaba su estómago, pero más que nada su mente... Los sucesos le seguían penetrando su alma una y otra vez.
– Perdón– contestó, y mientras se pasaba las manos por su ropa, húmeda y sucia, volvió a observar al hombre uniformado que tenía enfrente y aprovechó el momento para ubicarse– ¿Tiene idea de qué hora es?–
– Nueve y media. ¿Linda noche, no?– no iba a responder una pregunta tan estúpida y carente de interés real, por lo que se limitó a caminar despacio, casi arrastrándose, hacia el norte. Necesitaba un lugar donde calentar sus huesos. No podía llegar a su casa, estaba lejos y no iba a llegar, o por lo menos no se sentía capaz de hacerlo. Tenía que ir a su hogar, es decir, cualquier lugar en donde estuviese su hermana. Daba la casualidad que en este momento ella se encontraba en una pequeña casa céntrica, a la cual llegó con su ralentizado paso en una hora, más o menos. Los ántropos que pasaban cerca suyo lo juzgaban rápidamente y seguían su camino, viendo en él el camino que no tomaron, la vida que no llevaron, la noche que no tuvieron. Era ser anormal, desaliñado, con unas ojeras gigantescas, que caminaba lentamente con ropa sucia y vieja. Era horrible, ver en lo que se podía convertir uno si no hacía las cosas bien, si no luchaba por lo que se merecía. Lo remarcable de esta situación era que él pensaba casi lo mismo de aquellos que se iba cruzando.
Con muchas pausas y descansos, finalmente llegó a la puerta de su destino. Tocó con la fuerza que pudo, su cuerpo estaba deshecho en más de un aspecto. Cuando su hermana abrió, entendió en un instante la situación. Lo ayudó a caminar hasta la cocina, un sector reducido que compartía el espacio los muebles que hacían de comedor, lo sentó en una de las dos sillas y se dio vuelta para preparar un té. Ella significaba muchísimo, era quien nunca lo olvidaba ni dejaba de amar, era la misteriosa híbrida que podía ser una ántropo y ella misma al mismo tiempo. Era su Maestra, a decir verdad, su Guía, y la amaba con toda su alma. Él empezó, de a poco, a apoyar su cabeza sobre los brazos cruzados apoyados en la modesta mesa de frente a la espalda de su principal, y casi única, conexión al mundo. Antes de caer desmayado, le dijo:
– Me estoy volviendo ántropo otra vez– ella era, sin duda, la única que podía entender la relevancia de esa frase. Se dio vuelta lentamente, atónita, y encontró a su hermano sumido en ese sueño tan profundo que sólo él podía tener. Se quedó unos minutos meditando lo que acaba de acontecer. Tiró el té que nunca tomaba, y se las arregló para arrastrar el cuerpo maltrecho hasta la cama, desvestirlo y acostarlo. Después se preparó una sopa en la cocina y se sentó digerir todos sus pensamientos. Por más que le hubiese gustado despertarlo y hablar con él, la mejor opción era dejarlo dormir. Había mucho que decir.


Degustá también: Ántropo/parte1

domingo, 10 de octubre de 2010

CUERPO



                 ASÍ ES QUE
             SE DERRUMBA…
    …COMO UN PÁJARO
      ASÍ ENTRE          DE FUEGO · AZELLEB AL ORTNEUCNE ·
   LA VENTANA                                EXACTA
 Y EL RELOJ      ASÍ ME DESPIERTO SIN RECONOCERME 
QUE SUSURRAN   EN EL ESPEJO DE UN CUERPO            AJENO
EN MI CABEZA     BUSCANDO ALMAS EN EL ESPECTRO     LUNAR
ASÍ REGRESO         (TANTO)                              SI ES DIA O
A LA TIERRA          SIN SABER    NOCHE AZUL…
                              MIRANDO       SI ES UN
                                 (sin ver)                    SUEÑO
                                                                  (O NO)                                                           
                       LO QUE AÚN YACE DEBAJO
                                   SODITAL DE NUESTROS  ONÍRICOS
                          SORTO                              LUMINOSOS
                               ODNAHCUCSE                            ENTRE LA
                            OLVIDADOS  CUERPOS LUZ DEL ALBA

miércoles, 29 de septiembre de 2010

El Fin

¿Lo sienten? Deberían. Está en las calles, saliendo de los callejones, reptando por las avenidas, arrastrando consigo un poco de todo. Es "Eso". Lo que todos conocemos, lo que todos ignoramos. Ahora se están haciendo una idea, manga de aburridos bípedos que se pierden ante el Todo y la Nada, incluso ante tales fuerzas(o más bien flujos) se pierden a sí mismos. Es probable que en el momento que menos se lo esperaban sintieron un hormigueo en su cabeza que les hizo saber que estaban en presencia de Eso, no importa que lo hayan ignorado, porque en ese momento sus cerebros dieron un campanazo de inicio, sintieron el 'clic' de su cuerpo avisándoles que les queda poco tiempo. Por favor no me hablen de ciencia, religión, cultos, supersticiones, política, y todas esas cosas que ustedes acostumbran discutir y emplear cuando pasa algo. Esto no es la Pachamama, ni Belecebú, ni Dios, ni los terroristas, ni una antigua predicción azteca, mucho menos una campaña publicitaria. Esto es lo de verdad, lo que estaban esperando sin saberlo.

Durante años la humanidad esperó que pase algo. No importaba qué, pero tenía que pasar algo. Y cuando pasaba, hacían quilombo. Pero esta vez no les va a servir, mis queridos tontitos, no les va a alcanzar las palabras para hacer algo con esto. Esto, 'Eso', es el Fin. El punto final para un libro que dejó de ser interesante hace mucho, que los personajes son demasiados repetitivos y el conflicto es completamente monótono e infinito. Así lo hacen parecer, cada vez que arreglan uno salen diez más, de los cuales ocho o nueve son reapariciones de capítulos viejos. ¿Se dan cuenta? ¿Hasta cuándo planeaban seguir con las mismas situaciones? ¿Cuántos héroes tenían que aparecer y cuántos mártires iban a llorar? ¿No se cansan del mismo planteo una y otra vez en cada parte? Siento que este condenado libro no termina más, que cada capítulo nuevo es igual al anterior con ligeras modificaciones, encima son tan caras rotas que fingen que todo es nuevo. Es como si se hubiesen olvidado de todo lo que estaba escrito. ¡No se hagan los pavos, Homos Sapiens! ¿Se acuerdan de Galileo? Era uno que los ofendió porque les comentó un martes a la tarde que no son el centro del universo, ni siquiera el centro de la galaxia. Tanto que tardaron en decirle 'Tenés razón' y ahora no le prestan atención. Por supuesto, dicen ustedes, no somos el centro FÍSICO del universo. Si fuera por ustedes, este libro se llamaría 'El Grandioso Centro Espiritual de la Creación'. ¡Arrogantes! Son tan orgullosos que se pelean entre ustedes y se esfuerzan en diferenciarse los unos de los otros. Me tienen cansado

Por eso tengo el placer de anunciarles que llegó el Fin. Sin Jinetes, ni Serpientes, sin fuego ni ninguna de esas pavadas, con perdón de la palabra. ¿Que hay debajo de las últimas líneas del final de un libro? Nada. Blanco, y el monosílabo de tres letras que te avisa, por si no te diste cuenta. De más está decir que no hay un 'continuará...'. Pero basta de tirarlos para abajo. Hicieron lo que pudieron, algunos bien, otros mal. Es irrelevante. Crearon cosas muy bellas. Valió la pena para muchos. Me alegro que hayan podido sonreír. Pero bueno, qué se le va a hacer. Todo libro tiene que tener un desenlace, y es difícil uno poético para un nudo tan complejo. Después de mucho tiempo, se van a volver unir en una sola nota, en una sola lágrima, en un solo latido. Van a ser lo que pensaba su autor, una raza, una sola creación. Sean libres. El Fin y la Nada nos inundan.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Sobre sobrevivir a las condiciones académicas

            El pequeño hilo de respiración dibuja columnas heladas en el aire, muevo un poco la punta de los dedos para no perder sensibilidad mientras atravieso el pasto ralo y húmedo de la rambla. Cuando voy para la facultad tengo que caminar hasta la rotonda para poder tomar el 202. Es mediodía pero el sol no alcanza a entibiar, lentamente saco un pedacito de chocolate del bolsillo de la campera, el papel metalizado se rompe aún más por la torpeza de mis manos enguantadas. Hay una señora y un señor en el banquito que me miran cada tanto, no se cómo se aguantan de estar sentados en el frío metal de la parada. El hombre prende un cigarrillo que me obliga a moverme un poco más atrás, tengo tantos nervios que podría vomitar sólo de sentir el olor a tabaco. Se me revuelve un poco el estómago pero trato de no prestarle atención. Aflojando una tira de la mochila, abro el bolsillo y saco el estuche de los lentes mientras tanto abro el bolsillo grande y busco los resúmenes. 


            Me tiemblan un poco las piernas y ya no sé si es el frío, el hambre de dos días o los nervios. O todo junto que es peor.  dónde había dejado la billetera?> Pase señor, está bien. Buen día, uno noventa por favor. La voz me sale finita, si fuera un amigo no me reconocería. Vuelvo al apunte esta vez temblando más, subir significa estar un poco más cerca de llegar, por suerte da muchas vueltas. Empiezo por lo más difícil, el resto algo más me acuerdo, aunque si llego lo vuelvo a repasar. Me marean las vueltas a las plazas pero miro hacia mis pies y tomo aire profundamente, tengo que seguir hasta último momento sino la conciencia me carcome. El miedo también. 


<…pteroesfenoides en peces, pleuroesfenoides en reptiles, aliesfenoides en mamíferos ¿ya estamos en 60? uf, qué rápido se pasa el tiempo, quién diría de vuelta acá y encima seguro soy primera, bueno tranquila… respirá profundo, qué olor a choripán que me descompone, si la gente que pasa supiera de este volcán que me está matando por dentro ¿cómo me veré?> El caminito de tantos años ahora es una eternidad, el edificio de ladrillos se acerca a mí solemne, se yergue como un monumento al terror. Cuánto quisiera estar entrando a un bosque de coihues y lenguas y no a este laberinto conocido y sin salida a la vista. Bueno, basta de pensar que se me borra la información. 

            Respiro. 

            De una mirada rápida no distingo a nadie conocido así que me voy a la portería y pregunto directamente. Cuando llego ahí está de vuelta la Profesora ¿Cómo estamos hoy? me dice y sonríe y no emito más que una sonrisita que con un poco de suerte disimula el gruñido interno. Me desaprueban de vuelta y me muero. Bueno, es una materia, en la vida hay cosas más importantes. Pero no me jodan, que bastante me ha costado la decisión de venir otra vez. 

            Esperamos a que llegue el profesor. Gente, yo me voy al solcito a repasar, que estoy un poco nerviosa. Si supieran que estoy que me muero. De nada sirve, revuelvo las hojas, las miro, las doy vuelta, paso a la siguiente, esto ya está. Será lo que tenga que ser .
            ¡Arias! Los pies me hacen entrar al aula casi por inercia, ahora sí me doy cuenta que no es el frío lo que me está paralizando y eso que estamos a fines de junio y casi llovizna.

            Una hora y pico después salgo temblando, creo que aprobé. Mis compañeros me miran y yo intento sonreír creo que aprobé  les digo en voz baja por si las dudas. Sale la Profesora y me devuelve mi manoseada libreta, bueno a preparar otra. Un cuatro. Los muy forros no se contentaron con un dos la mesa anterior. Ya fue, aprobé. No puedo festejar. Cuento un poco lo que me tomaron y empiezo a caminar. 

            Una menos -para transformarme en antropóloga social- una biológica menos. 

            La calle me parece ajena, extraña de hace tanto que no la caminaba así como si nada. Quisiera gritar pero me da vergüenza. Gritar y aullar y patalear, de pura bronca no de felicidad. Qué difíciles que te hacen las cosas, por favor. No dejes que te ganen, me había dicho él la noche anterior. No señor, no me van a vencer, llegaré a la locura tal vez pero no pienso doblegarme ante el maldito sistema. Lo hago en parte, qué contradicción, aceptando esta condición de sufrimiento. Deben ser las cuatro y el frío no para, voy a caminar así me caliento un poco el cuerpo, tengo hambre pero no puedo comer de lo cerrado que está el estómago. Hace dos días no engulle decentemente.

            Camino como vagabunda, mirando a los ojos a otros transeúntes, escuchando charlas ajenas, cualquier cosa con tal de no pensar por un rato. No-pensar. Pero cuánto que me costó, por favor. Desde febrero leyendo cosas sin sentido para la vida. Como una serie de imágenes, de esas que suceden en las películas, repaso mentalmente el momento en que fotocopié el Romer, mi telegrama de renuncia al trabajo y la charla con el ahora ex-jefe “pero avisá cuando te recibes” me dijo, los días enteros con la compañera de estudios, los dibujos en la pared (el cráneo del crosopterigio que estuvo desde el principio pintado a colores), los desvelos, las pesadillescas alucinaciones nocturnas, el dos y un poco de llanto. Ahora acá, caminando por la calle como un ser normal de regreso a mi casa. Pensando en todo aunque quisiera en nada, aunque sea por un rato. 

            La vida de estudiante alienada del mundo me ha devorado unas cuantas neuronas más, me sacó unos pocos callos en los pies y el último mes una verruga en el dedo que aprieta la lapicera. Igual estoy contenta, no sé si por el final o por saber que pude aguantar una más, lo que significa que hay una menos. 

            ¿Qué me (nos) espera del otro lado? Cuando tenga el título enmarcado o enrollado en una caja y lleno de telarañas, ¿seré un poco más libre?


(Qué fastidioso que se ha tornado todo, qué horrible me siento, qué horrible extensión de esta experiencia se enrieda y entreteje sobre la vida académica -como una hiedra venenosa, como una red pegajosa- cuando se mira el camino desde el costado)


junio de 2010

(Este texto fue publicado por primera vez en letercemonde.com. Podés verlo haciendo clik acá)

domingo, 5 de septiembre de 2010

ántropo/parte1

¿Cómo se dieron las cosas de esta forma? Yo era un charco y tierra, cerca de un árbol que a veces daba frutas. ¿Estaba llorando? No por fuera, pensándolo bien. No me acuerdo mucho, estaba sentada en una mesa vieja, como todas las mesas y sillas. Y yo no era más que un charco, pero me gustaban los libros. "Perfume", leía, era una edición nueva con la imagen de la película en la tapa. Espantoso. Pero un buen libro, de los mejores que he leído. Y sobre la mesa reposaba un señalador de El Ateneo. Lo reconocí por el logo, presente en muchos de mis libros recientes. Es curioso. Me acuerdo de eso, y de la quemadura, probablemente de cigarrillo, en la madera a pocos centímetros de su mano izquierda, pero no me acuerdo su nombre. Ni si tenía nariz grande, o aros en la oreja. Tampoco sus ojos, pero su mirada. También su expresión, bah, todas sus expresiones. Cuando la vi por primera vez, era otra persona en un antro medio lleno de gente, como todas las noches. Otra ocasional bebedora de cerveza, fumadora, fiestera, deprimida, aburrida, divertida, estudiante, trabajadora, o lo que fuese. A medida que mi vaso se vaciaba y Juan lo cambiaba por uno lleno, mi atención cambió. Siempre observo a la gente, desde afuera. Por eso soy un charco. No soy menos agua que ellos pero no fluyo con ellos, ni tampoco tengo la importancia de los lagos, los ríos, los océanos; pero igual venimos de la lluvia, más grande, más chica, más antigua, más nueva. Es indiferente. Aunque eso era antes. Ahora soy otra cosa. Después de observar a cuatro extranjeros cantando, tres chicas riendo estrepitosamente, seis amigos hablando con las cabezas muy juntas en el centro de la mesa y dos jóvenes besándose, volví a verla, y esta vez noté que leía un libro. Es raro que la gente lea libros en un bar. Aunque, por otro lado, cada vez se hace más difícil ver a la gente leyendo algo que no esté en una pantalla. Podría haberle dedicado más tiempo, pero en ese momento prendí un puro y me distraje con el humo hasta que el sabor se había vuelto empalagoso y la lumbre me quemaba los dedos. Después me terminé lentamente lo que quedaba en el vaso, pero no pedí otro. Y en esta tercera ocasión, noté que estaba sola y tomaba un Michel Torino Colección. Un rico vino para el invierno.
Después de hablar un buen rato del libro que acababa de terminar, de literatura en general, de la cuál mis conocimientos son escasos aunque hablé mucho de los pocos libros que leí y ella hablaba poco de los muchos que leyó. También hicimos algunos comentarios de política reciente y de causas del desastre mundial, pero nuestro gran tema fue las personas y las sociedades. Por suerte no hablamos del clima. No hay conversaciòn más vacía que la del clima. Fue un tema acalorado, teníamos el mismo pensamiento pero lo encarábamos de puntos diferentes, algo que no me suele suceder. Me gusta pensar que también fue apasionado.
Fueron unos besos suaves, sin ningún tipo de tensión o de diferencias en la marcha. Aflojaba mucho el alcohol, por supuesto, pero tengo la convicción de que también se debía a que sabíamos bien lo que pensábamos, a que estábamos de cierta forma sincronizados en ese "momentáneo lapso de razón" y a que estábamos agotados de discutir. Y por más que los dos teníamos la certeza de que había algo fuera de lo normal, el amanecer se lo llevó todo. Su libro, mi bebida, la conversaciòn, los besos y finalmente su cuerpo. Juan cerrò el bar a las siete y media, y por primera vez desde que voy a ese antro, es decir mucho tiempo, me tuvo que pedir que me vaya. Esta ciudad puede ser muy somnífera a la mañana. La luz mortecina, las calles vacías, los pocos ántropos que se deslizan por la superficie, algunos terminando y la mayoría empezando. Me senté en una plaza, y casi al instante mi ropa se humedeció por el rocío matutino congelado. Los primeros rayos hicieron que la madera del banco en el que estaba desprendiera un fino vapor. Y casi repentinamente, con los recuerdos y el alcohol golpeando mi cabeza, me di cuenta que ya no era un charco. Ahora me deslizaba lentamente por un fino hilo de agua hacia el lago, donde me esperaban miles de ex-charcos, millones de gotas y la promesa de peces nadando y bichitos reposando sobre . Me sentía más lleno, pero no más completo o mejor equilibrado. Estaba como rellenado de oxígeno, pero me sentía bien. A pesar de ser aire.
¿Es esto lo que esperaban para ? ¿Tanto que me argumentaron sobre esto valió la pena? Es una rara encrucijada. Esto lo leí en un libro. ¿Estoy mejor ahora? ¿Fue mejor para ser un charco o ser lago? Ahora puedo sentirme una parte, ser menos individuo. Pero sospecho que no la voy a volver a ver, y si lo hago probablemente sea con términos diferentes. ¿Cómo me pudo afectar tanto alguien a quien ni siquiera llegué a amar? ¿La intensidad del momento? Probablemente sea que ella fue la primera en mucho tiempo que me hizo sentir un ántropo otra vez. Todavía no sé si agradecerte.


Degustá también: Ántropo/parte2


miércoles, 1 de septiembre de 2010

4ta F.L.I.A. !!!

¡¡¡Está re cerca la cuartaaa!
FLIA
La Plata ... en Berisso
Sábado 11 de Septiembre
en el Centro Cultural y Social Mansión Obrera,
a la vuelta de la mítica calle Nueva York de Berisso

*******
Amig@s y amig@s del mundo entero
estamos organizando los últimos detalles de la
4ta Feria del Libro Independiente y Autogestiva


si te va, podés acercarte a participar de las últimas reuniones antes de la feria
nos juntamos los jueves en Casa Zaragoza (53 e/3y4)
a las 20hs
y los sábados a las 16hs en Mansión Obrera (Nueva York y Pasaje Wilde, Berisso)

******
¡¡¡Ya se siente el calor, las flores se están apurando porque
la Primavera empiezan el 11!!!!!!

Se viene la FLIA

y como a la FLIA le gusta siempre dejarle algo a cada lugar a donde va
(un mural, una biblioteca, un abrazo...)

esta vez
TRAE UN LADRILLO!!!!!
¡para poder construir una Radio Comunitaria!

*****
Y ni se te ocurra olvidarte de traer una remera, campera, pantalón, bolso o lo que sea para
ESTAMPARTE el Logo de la  4ta FLIA y muchas cosas más!
*****
Acordate, a Mansión Obrera te llevan los colectivos 202 y 214
te dejan en 4 y Montevideo (a cuatro cuadras de la Nueva York!)
SOS NÓMADE... CAMINÁ!
*****
Y MÁS.... Y MÁS


Convocamos como siempre a artistas de las letras y de las imágenes,
a editores, a los que hacen revistas, a los que sacan fotos, a los que pintan paredes, a los que cantan, a los que recitan, a los que vuelan, a los que quieren empujar un poquito más...

La FLIA es libre!!!
Viva la FLIA!!!

Si querés participar con un puesto escribinos así confirmamos y te agregamos a la grilla el mail es:
puestosflialp@gmail.com

Si lo que querés es tener un espacio en el escenario durante el día para recitar tus poeticadeces o tus poetudeces podes escribir a:
escenarioflialp@gmail.com

Y si sos artista visual y querés intervenir el espacio o colgar algo en los árboles o por ahí :
artevisualflialp@gmail.com

FLIA:
flia.enlaplata@gmail.com


http://www.flia-laplata.blogspot.com/

domingo, 22 de agosto de 2010

De un Búho para La Colombina

Gracias dicen los ántropos
nos arrodillamos y saludamos
sonrisas en nuestros labios
mostrando poesía en los puños

Son versos que olvidamos
y palabras que nunca creamos
pero en el día de la fecha
formales como casi nunca
pero la ocasión es muy especial

Repito entonces, agradecemos
nos inclinamos ante nuestros ovinos guías
por darnos una oportunidad
por mostrarnos dónde pastar
por seguirnos más allá

Si hablamos de igual es muy poco
si hablamos de opuestos es demasiado
será que somos hermanos
[(¡y qué hermanos raros!)]

Sábado de mayo (22:18)




Por la noche la poesía
es atroz
(y aún no son las doce)
como ya devoré todos los fósforos
tendré que cenar calabazas.

Ahora sí espero algo que me sacuda
el cuerpo, las manos
después de ver a la distancia
esta mesa revuelta de libros,
sólo me queda aire para amar.

Los pies atados a la cama
y la luna que se pasea
burlándose de mí
de esta cabeza encerrada.

¿Encontraré la llave antes de que desaparezca la carroza?

sábado, 7 de agosto de 2010

Sábado de mayo 19:18


En el otoño el sol se cae
temprano, estirándose
las piernas de la noche
sobre mis hombros.

Las letras de la tarde
están cargadas de segundos
del tiempo-invento
que tuerce mi espalda.

Son las siete y no espero a nadie
casi no ha salido palabra de mi boca
todas cayeron al fondo visceral
del sábado a la tarde.

Estuve comiendo fósforos
de a uno, de a montones,
para pasar el mate lavado 
(me entibia un poco el cuerpo)

La poesía por la tarde es inverosímil
casi un esbozo de cena,
una cucharadita de vino
es una pila de papeles desordenados
junto a mi cuaderno en blanco.

No ha quedado ni uno más
(la caja vacía, desarmada)
Tus palabras llegaron con ruido
pero yo no esperaba a nadie.

viernes, 23 de julio de 2010

Sábado de mayo (9:37)




La poesía es mansa en la mañana
es pomelo, cereal y chía
los ojos brillan, profundos
como si se les hubiera metido un sueño.

Cuando la mañana me encuentra
a la mitad de la cama
la poesía es aroma y remanso
pestañas, pies tibios.

Por la noche sacudí mis letras
apretadas yacen por el piso
hojas de mi otoño
que barro en la mañana.

La poesía en la mañana es casi un olvido
es risa, mates y medialunas
es en su esencia más verdadera:
aquella que no permanece.












martes, 6 de julio de 2010

Parangolé Pamplonirinho



                        No preciso rentar un sueño del sistema para que valga como tal en este vuelo. Puedo abrir mis alas y dedicarme a planear como me plazca, poniendo en tela de juicio el costoso ideal de occidente. Me sobra oxígeno para suspirar, me sobra tierra para llenarme de luna. Voy a bailar hasta exiliar todos los relojes. Prenderé (Hélio Oiticicarecomienda alfileres de gancho) sobre mi manto nocturno estrellas de todos los colores y haremos una nueva canción repleta de polifonías y disonancias. Me faltan muchas noches de carnaval aún para sacudirme la fiebre intestinal (la comida exótica no siempre me cae bien).




SUEÑO HECHO CUERPO 274 cm. / 108 cm. de tamaño

1 - Cada pedazo de sueño debe medir 3 yardas de largo
2 - Para hacer los sueños los mismos pueden ser recortados
3 - Deben usarse alfileres de gancho si es preciso sujetar la noche, luego los sueños pueden ser cosidos, para hacerlos permanentes.
4 - La utopía construida en el cuerpo debe ser improvisada por el propio soñador/a (si son sueños colectivos está bien) y hecha de forma que pueda ser compartida sin romperse.
5 - Algunas personas pueden soñar juntas, pero juntarlo en un sueño; p.e. un solo pedazo de sueño puede ser usado para construir una utopía.





*gracias a Vale Volátika, a Monilú y a Agus-Aguas por sus interpretaciones e improvisaciones!!!

miércoles, 30 de junio de 2010

¿Silencio?

Silencio. Eco de la sangre
que llevan nuestros ríos
sobre la vereda
rumbo al mar

¡PUM! Dinamita en los ojos
del agua profunda
atravesando el frío
pero transparentes

¿Silencio? Pasos en la noche
refugio de rotos sueños
escarcha maldita
que avanza

¡PUM! Raíces que resisten
nevadas y vientos fuertes
cantando al río
burlando la opacidad del mundo

No nos creemos, ni un poco
las mentiras del invierno

Vamos a bailar, vamos a bajar, mientras
siga la sangre fluyendo

Disparen
               sientan la correntada

la canción del deshielo
entre las rocas, venimos

siempre, nos juntamos
aprendemos,
entre los cañaverales, a través del mallin
a luchar

siempre

                   …llegará nuestra noche
                       y nos levantaremos
                       desde un solo sueño.



Pensar que con un par de balas piensan detener este torrente de gente que baja de la montaña porque tiene hambre y frío y el corazón le late fuerte… creer que tienen el derecho a desaparecer, a invisibilizar… intentan taparlo, pero la tormenta se gesta en las cumbres, en lo alto. Allí se escucha el agua entre la piedra, allá el cóndor abre sus alas. Aunque no aparece en la postal de Bariloche, ahí está el ímpetu que no se silencia con una bala, con sus planes de dolor y justicia de juguete, allá no les tenemos miedo. Tiemblen. Están en el fondo del valle y el río crece abruptamente.
                  *                           *                       *
              Cuánta impotencia contar con unas cuantas palabras, cuánto dolor del más profundo, del inimaginable, del que se comparte sólo en la lucha, en el abrazo, en la calle. Lejos de mi ciudad natal, lejos de la montaña, el río y de la gente.  Una historia más, un motivo más para luchar contra este sistema que nos pone todas las trabas posibles, que nos mide por números y papeles. Sé que las cosas pueden ser de otro modo, por eso voy a seguir luchando. Desde acá sólo tengo palabras, del otro lado infinitos desafíos. Puedo -podemos- empezar por no quedarnos calladxs.



No a la represión policial en Bariloche - parte 1

No a la represión - parte 2

Foto y otras más: Alejandra Bartoliche
http://www.anbariloche.com.ar/galeria.php?idgaleria=23

Radio El Arka - Bariloche 


Kaos en la Red

miércoles, 23 de junio de 2010

Río en mí misma


(del derecho y del revés
siempre soy ana)
hasta cuando me pierdo
         en mí misma
hay un río profundo… el agua canta cristalina,
                                     es el Casa de Piedra
                                     bajando de la montaña, es
                                     el verdor del Limay alejándose
                                     del Nahuel Huapí
que sale a recordarme el mundo
y la magia de la vida
semilla
que guarda el poder de siempre
para siempre
infinito hilo azul que va del corazón a los
pies y a la cabeza
y vuelve
a circular por todas mis calles.
Hay un río profundo… el agua cae a goterones
                                      sobre las pestañas
                                      que quieren ver aunque
                                      parezca inútil
                                      canción
                                      que se hace grito sobre
                                      el cemento.
Profunda vertiente
desbordante de risas
liviana como el viento
es este almíbar de sol
que ahora me entibia
el alma.

lunes, 14 de junio de 2010

Noche Eléctrica Azul














Agualma que en la noche

sin luna cantas

con los grillos mi silencio

tú que eres yo

pero tan oculta en la raíz

del cuerpo:

ven a bailar al carnaval

de los sentidos,

vamos a dar vuelta

los nombres de las cosas

vamos a respirar en prosa

a besar en verso

y a mirar con poesía.

El cielo me envuelve lento

el sueño se ahueca

como la luna nueva

(lentamente las volutas de azul)

me voy yendo al horizonte

y allí recuerdo el aroma

de tu risa por la mañana

(línea infinita que me llama)

es este momento, agualma,

cuando ya no me resisto

y abrazo tu lucha.




lunes, 31 de mayo de 2010


Invocación

Fuente de mí
agua
luz viajera de éstas entrañas
ven hasta aquí, ven a lavarme

Dejo para ti mis pasos llenos de
flores

Dejo para ti el sonido de mil
sonrisas

Dejo para ti, en este altar,
mis manos callosas
mis pies hinchados,
surcados por estrellas azules
y relámpagos violetas.

Te doy mi espalda golpeada
mi cadera débil
(pero amante)
ven hasta aquí

a lavarme los miedos.



…aquél que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos sus versos.
                                         [Blas de Otero]

martes, 18 de mayo de 2010

3º FLIA LA PLATA






Aquí estuvimos las editoras/escritoras Monilú y La Colombina
presentando "Cortocircuito" y "En el transcurso"
nuestro primer libro -respectivamente- de poesías y otros escritos...

miércoles, 12 de mayo de 2010

doscientos



Canciones de la tierra, susurros
en los sueños del mundo
bajo la copa de mi
árbol
siento el volver del tiempo
tantas veces, voces
entre las flores y pájaros
como ecos de muchas
memorias
vivo la huella del “Hombre”
la mirada de él y ella
cercana  tan
distante, instantánea.

Soy la madera de un
banco, en la plaza
en la escuela
en el subte A
y escucho
entre mis sueños
las palabras repetidas y un poco
aquellas olvidadas.

Canciones del mundo, suspiros
entre temblores de la tierra
bajo las capas de su
rostro
siento el tiempo palpitando
tantas voces, a veces
entre libros y pizarrones
como pasillos de un solo
laberinto
muere mi magia de árbol
las miradas multiplicadas
silenciosas y tan
fuertes, infinitas.

Soy la raíz de todo
aquél que transita
la ciudad
el campo
y canto
entre tus sueños
las palabras olvidadas y un poco
aquellas conocidas.